23/09/2022

23 Dynjandi


Ayer no pintaba muy bien para ver auroras, pero aún así nos preparamos para salir. Después de abrigarnos mucho, sobre las 22h salíamos del hotel y… allí estaba!


Potente, verde, mágica, cruzando el cielo… Avisamos a las otras personas del hotel (bueno, una casa de 5 habitaciones) y cogemos el coche para buscar una localización lejos de las farolas de la casa. 




Montamos la cámara y empezamos a maravillarnos del espectáculo. Dejo la cámara haciendo un timelapse, no sólo porque me lo pidió mi amiga Alícia, sino para poder olvidarme de las fotos y sencillamente mirar hacia arriba. 



Las nubes van jugando a esconderla y ella se retuerce para que la veamos, hasta que el cielo se tapa tanto que ya no se distingue apenas nada. Aunque hay un momento en el que parece que nos mire antes de esconderse…


¿No veis unos ojos mirando?



Pero eso no impide que hoy suene el despertador a las 8h, porque aunque sólo tenemos una cascada para ver, tenemos bastantes kilómetros en coche hasta el siguiente hotel.


La carretera que lleva (y que trae, porque habrá que desandar un trozo) hasta Dynjandi es sinuosa, retorcida, empinada y de grava. Y por un fiordo precioso que te obliga a parar cada poco para mirar y fotografiar.



No hay prácticamente ninguna valla quitamiedos y las bajadas con grava y curvas sin visibilidad dan miedito y hacen que levantes el pie.


Si te gusta fotografiar cascadas, Dynjandi es tu cascada favorita. Desde el parking se caminan unos 800 metros en subida, en las que hay 4 o 5 cascadas más, a cual más bonita.



Lástima que da el sol de frente y se va nublando, el contraluz y la sombra no le sienta bien. Pero viajar es lo que tiene, que has de hacer la foto cuando  llegas, no puedes escoger la mejor hora siempre.



Las cascadas intermedias también tienen nombre, que no os escribiré porque ni me los he apuntado, bastante faena tenía con cargar con la cámara y el trípode.



Antes, cuando viajabas con carrete (no digais fotografía analógica, es química) tirabas una o dos fotos por sitio para llenar uno o dos rollos de 36-48. Ahora haces cien fotos de cada sitio, en todos los ángulos, con la cámara, con el móvil, con la gopro, con el paloselfie, la que te echa el guiri…



Como os contaba, Dynjandi (o es Dynjandifoss? Ya no sé..) dicen que es la cascada del velo de novia, así que seguro que se parece a una motosierra… ah, no. Sí que se parece. Bien visto, agrios.



Es tal el intercambio entre turistas de cámaras y móviles para hacerse fotos entre ellos que al acabar tengo miedo de que mi móvil termine en Puerto Rico y yo llevarme uno con el menú en chino.


Bueno, seguimos ruta, que tenemos varias horas. La carretera nos sigue regalando imágenes increíbles de colores otoñales.


El camino al hotel se hace interminable. Paramos a comer en un pequeño apartadero de la carretera con vistas a un fiordo y más adelante paramos en un supermercado, el único de la zona. En el hotel de hoy hay horno así que vamos en busca de pizza para aprovecharlo, pero la variedad es tan poca que compramos unos calzones (una pizza doblada tipo empanadilla, vamos) que no se yo que tal saldrán…


Nos llega un correo de la empresa de alquiler de coches que ojito, que el finde habrá tormenta fuerte en toda Islandia, así que hoy intentaremos aprovechar nuestra última noche con posibilidad de ver auroras.

2 comentarios:

capgrossosramon dijo...

Caram amb les aurores, les Foss i els paisatges, com m’agradaria ser allí, és espectacular.
Que bé que us avisin que aneu en compte pel canvi de temps.
Ramon i Lluïsa

Carol dijo...

Al final teniu per escollir aurores de tantes que heu vist!!! Quina passada!!! I lo del ulls és veritat… fa impressió i tot.
La cascada és xulíssima, ja no sé si la millor, la més impressionant… he perdut el compte de les que heu vist… però és preciosa.
Ja queda poquet!!! Aprofiteu!!!!